La lumbalgia, el dolor de cabeza y de cuello son los tres problemas más comunes por los cuales la gente solicita un ajuste quiropráctico.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la quiropráctica es considerada la tercera profesión sanitaria diferenciada en el mundo que se ocupa del “diagnóstico, prevención y tratamiento de los trastornos del sistema neuro-musculo-esquelético, así como de todos los efectos de éstos en la salud global del cuerpo-organismo y de su afectación en el sistema nervioso central”.

A través de los ajustes quiroprácticos, logramos corregir las disfunciones articulares, liberando la presión en el sistema nervioso y ayudando a que el cerebro funcione mejor. Un método seguro con el que reconectamos el cuerpo y que permite subsanar problemas físicos como el lumbago, los pinzamientos o las hernias; además de rectificar trastornos funcionales como vértigos, migrañas, insomnio, problemas digestivos, otitis… Una columna vertebral sana es sinónimo de bienestar, y por lo tanto, de mejor calidad de vida.